Otra vez me despierto en
medio de la noche sudoroso y faltándome el aliento. Todas esas imágenes se
agolpan en mi mente una y otra vez golpeando mi alma de manera implacable.
¿Cómo se puede preparar a un
soldado para esto, cuando hemos sido hombres que
hemos vivido en relativa calma.?
Son heridas profundas que
nunca sanarán del todo.
La tierra tiembla.
Los cimientos retumban.
Oigo el sonido de la lluvia
,siento el golpear del viento.
Vuelvo a ver a todos esos
cadáveres a mi alrededor , aquel niño con la mirada perdida con medio cuerpo
cercenado..
Pierdo el equilibrio , caigo
sobre él y noto su sangre todavía caliente...eso me da energía para volver a ponerme en pie pero otra
hondonada de golpes se cierne sobre mi escudo que está próximo a quebrar..
Saco fuerzas de flaqueza y
consigo ponerme de nuevo en guardia, son demasiados , no pasaremos de esta noche ,
ya no hay esperanza para mi pueblo.
Estoy cubierto de sangre, mis
heridas ya no duelen, no entiendo como consigo permanecer erguido.
No pensé que el hombre sería
capaz de aguantar tanta agonía.
Centenares de cuerpos se
amontonan unos encima de otros, todos esos hombres, muchos de ellos cercanos a
mí , los conocía desde pequeño, manos fuertes y robustas que me enseñaron a
hacerme el hombre que soy hoy...y ya sin vida...y esas otras frágiles que
no habían tocado mas acero que el de los herrajes de los caballos...
Todo son gritos, lamentos ,
chillidos , gruñidos de esos seres despreciables y miles de golpes de metal
chocando los unos contra los otros..
Oh, ¡no puede ser! esas
gigantescas moles de piedra vuelven a
llover sobre nosotros...
Estamos perdidos, el portón
cede, nos tienen tomada la posición y aunque nos replegamos hacia el fortín consiguen atravesar sus puertas …está próximo el final.
Consigo ponerme dentro de la
sala en posición ofensiva con las últimas fuerzas que me quedan, con la vista
nublada por la lluvia, el sudor y el cansancio sobrehumano que soportamos los
pocos que aún quedamos con vida.
Intentaré despedirme de este
mundo tomado por las bestias de la manera más digna que pueda, tratando hasta
con mi último aliento de morir como un hombre que ha defendido hasta el final a su
pueblo.
Un escalofrío recorre mi
cuerpo.
Por última vez, oigo sonar su
cuerno...La hora de la verdad ha
llegado.
Y Ela se despierta a mi lado
¡Que mirada tal dulce! Me
acaricia el pelo y se funde en mi pecho, las lágrimas brotan de sus ojos al ver
que no consigo desprenderme de tanto recuerdo de dolor y sangre.
Llevo decenas de noches que
apenas consigo dormir.
Mi cuerpo está lleno de
cicatrices, ella las besa y las recorre con sus delicados dedos.
Solo encuentro la paz cuando
la tengo entre mis brazos.
Se que tiene miedo de
perderme,pero he aceptado la misión que mi señor me ha encomendado, en unos
pocos días partiré de estas tierras, necesito alejarme un tiempo de ellas.
Soy Éothen de Édoras, jinete de la Marca, caballero de Rohan.
Soy Éothen de Édoras, jinete de la Marca, caballero de Rohan.
Me parece una exquisíta redacción con un gusto y un sentimiento excelente, sigue escribiendo así que te seguiremos leyendo, un saludo
ResponderEliminarmis felicitaciones muy buen narración,ahora esperando a que escriban mas, para poder deleitarme con su estilo narrativo.
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